20/11/08

¿Por que razón vale el arte?

Young violin virtuoso Yehudi Menuhin standing in his knickers & poised w. violin tucked under chin before playing w. orchestra behind him.

Date taken:

1930

Photographer:

Alfred Eisenstaedt

Size:

908 x 1280 pixels (12.6 x 17.8 inches)



Esa pregunta a fuerza de plantearse tantas veces se volvió todo un cliché, pero una cosa es que una pregunta recurrente se constituya en “un lugar común”, otra muy distinta es que alguien tenga una buena respuesta para la misma, siquiera que esa respuesta exista.


Hace unos días se montó en una sala josefina una muestra de grabados de Marc Chagall, la muestra vino acompañada de cierto despliegue, a mi parecer ridículo, resulta que fuera del recinto donde se exponía la obra, se estacionó una patrulla y se destacó a unos policías, algo que para nada es usual en ese sitio.


Algunos medios de prensa reseñaron el evento y una curadora del museo atendió al equipo de un telenoticiero en las afueras de la sala, una de las cosas que llamo la atención de la persona que realizaba la entrevista fue el despliegue policial, a lo que la curadora respondió que era por el alto valor material de las obras expuestas, después de la mención de algunas cifras, se cuestionó a la entrevistada el por qué de esos montos, siendo yo mismo grabador, en ese preciso instante me hacia esa misma pregunta, en un instante la entrevistada paso de una aparente satisfacción al hablar de esos montos, a la sorpresa de que se los cuestionaran y soltó una verdadera perla al responder, “bueno el arte es así; en el arte hay cosas que emocionan y cosas que no, a mi esos grabados me emocionan mucho”…


Ja, ja…


No se si recordé esto por el asunto del techo de Barceló o por que, pero también recordé aquél experimento que organizó el Washington Post, en el que se pidió a un violinista virtuoso, Joshua Bell, que ejecutase algunas piezas en el vestíbulo de una estación del metro para ver la reacción de los transeúntes, Bell aceptó y provisto de un violín stradivarius, interpreto música de Bach y Schubert durante 43 minutos, el resultado del experimento lo pueden ver ustedes mismos:





¿Será que muchos renuncian a pensar por sí mismos y están ansiosos de ser impresionados, talvez con simples ostentaciones?




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